Dermatitis Acral por lamido


La dermatitis acral por lamido, si bien no afecta exclusivamente a perros medianos, se observa con mayor frecuencia en razas de este tamaño como el Labrador Retriever, Golden Retriever, Bóxer, Pastor Alemán y Poodles Medianos.

Esta predisposición se asocia a menudo con las características inherentes a razas originalmente criadas para actividades de pastoreo, rescate y otras labores que demandaban alta energía física y mental.

Estos caninos, con una necesidad intrínseca de estimulación adecuada, pueden desarrollar comportamientos compulsivos como el lamido excesivo cuando sus requerimientos no se satisfacen.

El lamido persistente en una extremidad conduce a la formación de un granuloma acral, una lesión cutánea distintiva que se presenta como una placa firme, engrosada, sin pelo y, en ocasiones, erosionada o ulcerada.

En casos crónicos, puede mostrar hiperpigmentación, fibrosis e incluso infecciones bacterianas secundarias.

Aunque el estrés es un factor primordial en la dermatitis acral por lamido, otros desencadenantes como alergias, parásitos externos, neoplasias, demodicosis, tiña, hipotiroidismo y leishmaniasis también pueden estar implicados.

El tratamiento requiere identificar la causa del comportamiento compulsivo.

✅ El manejo del estrés mediante actividad física, enriquecimiento ambiental y, en algunos casos, medicación ansiolítica es crucial. Para aliviar los síntomas, se pueden utilizar champús con pramoxina para el prurito y con clorhexidina para infecciones secundarias, además de antibióticos sistémicos si hay pioderma profunda.

✅ Los probióticos también pueden ser un complemento útil al modular el sistema inmunitario y mejorar la salud cutánea a través del eje intestino-piel.

Realizado por: M.V. Emely Palacios, Col. 2367