¿Sabías que tu perro gruñón podría ser todo un Einstein peludo? 🐾🤓 Esos perros que parecen tomarse la vida demasiado en serio podrían ser los más inteligentes del parque.
Según un estudio reciente liderado por el equipo del Dr. Peter Pongrácz, de la Universidad Eötvös Loránd en Hungría, los perros que muestran comportamientos gruñones podrían ser más inteligentes. El estudio sugiere que estos perros, al ser más reactivos, pueden mostrar una mayor capacidad para interpretar señales y tomar decisiones, lo cual está relacionado con su capacidad cognitiva.
En el estudio, los investigadores observaron cómo los perros gruñones respondían a ciertos estímulos y situaciones, concluyendo que esa reactividad podría estar vinculada a su habilidad para resolver problemas. Esto desafía la percepción común de que los perros agresivos o gruñones son simplemente difíciles, sugiriendo en cambio que podrían tener una percepción más aguda de su entorno.
Perros Serios, Aprendices Geniales
Pongrácz, ya había notado que nuestros amigos peludos, cuando comparten casa, aprenden de manera diferente dependiendo de si son el jefe o el seguidor del grupo. En su estudio “Los perros gruñones son aprendices inteligentes” publicado en la revista ‘Animals’, descubrió que los perros “serios” son más hábiles para aprender trucos nuevos de desconocidos, mucho más que sus compañeros más juguetones. ASOMBROSO!
El equipo de estudio organizó dos experimentos fascinantes. Primero, clasificaron a los perros como “gruñones” (¡los que ladran a las sombras, protegen su comida como un tesoro y son un torbellino de energía!) y “tranquilos” (esos adorables perritos de sofá que son pura ternura y amistad). Querían ver cómo estas personalidades enfrentaban desafíos.
En el segundo experimento, los perros se enfrentaron a un verdadero acertijo canino: un premio delicioso se escondía detrás de una cerca en forma de V. Solo los más brillantes lograban descubrir que debían rodear la cerca para alcanzarlo. Y, ¡sorpresa! Los perros serios destrozaron el reto al aprender observando a sus amigos peludos.
Resulta que aquellos perros con cara de “no estoy para tonterías” no solo son buenos en juegos mentales, sino que también sobresalen en actividades como el pastoreo y la vigilancia. Monique Udell, de la Universidad Estatal de Oregón, lo había mencionado antes; los más serios son a menudo los más listos del grupo.