Las dos niñas estuvieron a punto de ser atropelladas por una moto que se aproximaba a alta velocidad, pero gracias a que Kabang, la perra hereo, se abalanzó sobre las menores y se interpuso entre la motocicleta y ellas, ninguna niña resulto herida. La perra, sin embargo, perdió parte de su hocico.
Aunque por el estado en que quedó se pensó que lo mejor sería sacrificarla, sus dueños no aceptaron y decidieron que Kabang podría convertirse en un símbolo. Hoy, la historia recorre el mundo y veterinarios se unen para tratar a Kabang, que tendrá que ser sometida a una cirugía que supera los 10.000 dólares y varias horas de intervención.
fuente: http://www.santicontreras.com