Antes de continuar, hay que dejar claro que este no es un problema de conducta ni de agresividad y que es completamente normal que un cachorro muerda las manos de sus dueños. Educar a un perro es vital para que la convivencia en el hogar no llegue a ser problemática.
“Un perro puede morder por muchas razones y es un problema que se puede corregir si se detecta a tiempo.”
En la etapa en la que apenas son unos cachorros, el comportamiento de morder las manos es algo habitual. Morder no solo sirve para conocer su entorno, sino también para liberar estrés acumulado.
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Razones por las que mi perro muerde mi mano
Nuestras mascotas no pueden decirnos si algo les duele, sin embargo hay formas que podemos identificar como dolor: verlos cojear, ladran en exceso, se aislan, ya son viejitos y les cuesta caminar o ver, etc.
- Dolor de las encías: El morder alivia las molestias en sus encías cuando están en crecimiento, por lo que morder les ayudará a mitigar el dolor.
- Dolor por un golpe o miedo: Cuando un perro está herido y siente dolor o está bajo una situación que le provoque miedo o estrés, se activa su instinto de supervivencia mordiendo a todo aquel que se acerque y pretenda tocarlos.
- El movimiento despierta en los perros su instinto predatorio. Ojo, la fijación no está solo en las manos, sino en cualquier otro objeto que se mueva ( Una pelota, un peluche o cualquier objeto que llame su atención).
Sin importar el caso, no hay ninguna justificación para una reacción agresiva en un perro o incluso a modo de juego.
¿Qué puedo hacer para que un perro no muerda las manos?
Educar a un cachorro para que aprenda a no morder las manos es muy importante. No sólo porque los mordiscos resultan molestos y dolorosos sino porque la etapa de cachorro es la fase ideal para asimilar los límites que un perro que muerde tiene que ponerle a su mandíbula.
Un perro que no sabe controlar la potencia de su boca y sus dientes puede llegar a ser un peligro para otros perros o personas cuando crece y se hace adulto. No importa si es un chihuahua o un labrador.
- Cuando tu cachorro te muerda fuerte, quejate con un “Ayyyyy”: tu cachorro tiene que saber cuál es tu límite. Debe entender que te ha hecho daño. Simplemente, quejate con un pequeño grito de dolor, que es lo mismo que hacen los cachorros cuando juegan entre ellos. No castigues, grites o pegues a tu perro. No es necesario y podría ser contraproducente.
- El mordisco debe tener consecuencias: si tu cachorro sigue mordiéndose con demasiada intensidad, la siguiente vez que lo haga, lanza un quejido e interrumpe el juego. Levántate y aléjate de él. Que vea que la diversión se ha terminado. Ésta es una forma de castigo muy eficaz y en absoluto dañina para tu perro.
- Si el cachorro sigue mordiendo: juega usando juguetes en vez de tus manos. Tiene que aprender que las manos no son un objeto de juego. Usa una cuerda de nudos o un juguete tipo Kong o lazo resistente, por ejemplo, y así te aseguras de que el foco de los mordiscos no son tus extremidades sino el objeto de juego.
Todo aprendizaje requiere tiempo, así que , ten paciencia y sé perseverante, tu cachorro pronto crecerá, su nivel de actividad bajará y, si te mantienes firme, terminará entendiendo que la mejor manera de jugar contigo no es morder con fuerza. En cualquier caso, si crees que tu perro se sobreexcita demasiado durante el juego y no sabes cómo controlarlo, lo mejor es que consultes con un entrenador profesional para que te ayude.
Los perros también pueden padecer de estrés y el aburrimiento es fatal para ellos, así que cada vez que puedas juega con él o sácalo a pasear.
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