Lo curioso de este simpático chimpancé es que no murió a causa de su adicción por el cigarro si no que tenía otro serio trauma con los dulces, el aprendió un lenguaje de señas pera pedir dulces. Booie recibía tratamiento para un problema cardiaco, lograron que dejara de fumar pero no pudo quitarse el hábito de comer dulces. El utilizaba el lenguaje de señas para decirles a los encargados que le dieran sus dulces.
Fuente: www.veoverde.com