Los perros tienen protocolos sociales de saludo y son distintos cuando te saludan a ti o a otros miembros de su misma especie.
Los perros saludan a las personas moviendo la cola, o entre ellos (los perros) se saludan olfateando sus traseros.
Cuando hay un acercamiento entre dos canes se produce todo un ritual.
Los perros son sumamente sociales y a lo largo de su evolución y domesticación han desarrollado diferentes formas y protocolos de saludo.
El saludo de los perros es muy importante para los peludos y determinará el comportamiento que tomen después de ese primer encuentro.
Cuando saludamos a otra persona lo hacemos con un apretón de manos, uno o dos besos o un abrazo. Eso sí ahora, con el tema de la pandemia, con un gesto de mano o cabeza nos basta para saludar a alguien.
Los perros se toman su tiempo para saludar a otros. Por eso, para entender cómo saludan los canes, hay que diferenciar varias partes:

Acercamiento: a menudo dibujando una curva, puesto que si fueran en línea recta amenazarían a los otros y podría surgir una pelea.

Inspección: aquí entra en juego el olor corporal y, con él, las feromonas. Gracias a ellas pueden saber si están en celo, nerviosos, o incluso su estado de salud, en fin, es como si les hicieran un análisis de su comportamiento y bienestar solo oliéndoles.

Reacción posterior: a partir de entonces, una vez que se han inspeccionado, por lo general pueden querer jugar o seguir su camino.
El tiempo que les lleve en el saludo dependerá mucho de cómo se encuentren y, también, de la prisa que tenga el humano que los lleve. A veces serán solo segundos, pero otras tardarán hasta varios minutos.

Los gestos y movimientos en el saludo entre perros
El saludo de los perros está formado por ciertos gestos y movimientos muy distinguibles. (Esto es importante para que los humanos lo hagamos también, pues son las formas que tiene el perro de comunicación).
Dibujar una curva: el ir en línea recta hacia un perro es una señal de amenaza, de modo que ellos dibujan una curva para que se sienta mejor.

Caminar más despacio: sobre todo si notan que se acercan a un perro inseguro, o si ellos mismos no están del todo confiados, ralentizan sus pasos.

Girar la cabeza: para decir que hay algo que no les gusta.

Agacharse: así dan a entender que se sienten bien, y que quieren llevarse bien con el otro perro.

Oler el suelo: es una manera de evitar problemas y, de paso, lograr que el ambiente se tranquilice.

Sentarse: si ven que el otro perro no está muy seguro, pueden optar por sentarse un poco lejos de él manteniendo las distancias.

