Una rescatista llamada Amanda Guarascio y su amigo Dylan Parkinson se enteraron del caso de un perro abandonado que vivía en las montañas cerca de Carbonado (Estado de Washington EEUU) decidieron ir a ayudarlo.
Hace tiempo que el perro no tenía contacto con los humanos y no era posible llamar su atención ni con comida. La rescatista Amanda y su amigo estuvieron horas tratando de acercarse un poco al perro para alimentarlo pero no funcionó.
Amanda lo intentó pero no logro rescatar al perro que se había vuelto muy desconfiado y algo “salvaje” por el tipo de vida que llevaba en las montañas.
La chica se las ingenio y dio: “Salí del automóvil, me acurruqué y me tendí en piso dándole la espalda al perro, que empezó a ladrar pero sintió interés en lo que estaba pasando. Durante un tiempo él solo se sentó a mirarme desde lejos, pero la curiosidad lo venció y vino a olfatearme; para ese momento yo había estado en posición fetal al lado de la carretera durante 20 minutos. Al final perdió el interés y fue a echarse en la hierba”.-
Para poder llegar a tocarlo pasó una hora completa, si el perro mostraba signos de estar incomodo, Amanda se echaba al piso y no se movía para que él pudiera acostumbrarse a su presencia.
La entusiasmada rescatista logro hacer contacto con el perro y finalmente rescatarlo. De inmediato lo llevo al veterinario.
El logro de Amanda es ovacionado por muchas personas ya que como ella existen miles de rescatistas en todo el mundo que sin rendirse salvan a diario a perros, gatos, y animales salvajes de tanto maltrato, abandono y por qué no decirlo, algunas veces hasta de ellos mismos como es el caso de este perrito que no se dejaba rescatar.
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Fuente y Fotos: genial.com