Sobre todo los gatos que viven dentro de casa y son alimentados adecuadamente suelen vivir más años.
De lo contrario, los gatos que viven solos en la calle tienen una media de vida de 3 a 6 años, ya que aparte de los peligros a los que se tienen que enfrentar a diario, están expuestos a enfermedades, peleas con otros gatos. Los gatos salvajes que viven en zona rural (granjas, bosque, etc.) pueden llegar a vivir los mismos años que cualquier gato doméstico que vive en el interior de casa.
Un gato se considera adulto a partir de tener aproximadamente año y medio (18 meses), aunque por lo general a partir de los 5-6 meses de vida ya está totalmente desarrollado y puede reproducirse. Cuando el gato llega a los 10 años de vida, es cuando empezamos a hablar de un gato mayor, y pueden aparecer síntomas de vejez.
Posibles síntomas de que nuestro gato empieza a ser mayor
Hay gatos que pese a tener 10 años o más no lo aparentan, pero habitualmente empezamos a darnos cuenta por los siguientes síntomas:
– Descenso de actividad
Prefiere descansar, y hay un descenso notable de actividad, dedicando más horas a dormir. Puede seguir teniendo algunos ratos de juego, pero menos frecuentes o de menor intensidad.
– Problemas a la hora de comer
Sobre todo los gatos cuya alimentación se ha basado en alimento blando sin haber tenido nada para roer, tienen tendencia a acumular mayor cantidad de sarro en sus dientes. Cuando son mayores, los gatos con mucho sarro pueden padecer problemas como gingivitis (inflamación de las encías) o estomatitis (inflamación generalizada de las encías y de los tejidos de soporte), lo que hace que el gato sienta dolor al comer llegando incluso a dejar de comer por ello.
Lo ideal es revisar de vez en cuando la boca de nuestro gato, para comprobar que no tiene sarro ni las encías inflamadas.
– Problemas en la bandeja de arena
Muchos gatos al hacerse mayores presentan dolores articulares o musculares, sobre todo en las patas traseras y en la cadera. Esto origina que el gato deje de saltar por ejemplo a lugares donde antes subía, como sillas, mesas, e incluso su propio rascador.
Igualmente, ocurre en muchos casos que el gato comienza a hacer sus necesidades fuera de la bandeja, pero justo al lado. Esto se identifica con un problema con el arenero. El hacerlo al lado de la bandeja, nos da pistas: el gato realmente quiere hacer sus necesidades allí, pero por algún motivo no puede, y lo hace al lado. Si hace sus necesidades en otro lugar de la casa, podemos estar hablando de otros muchos problemas que habría que estudiar.
– Disminución de sus sentidos
El gato mayor, al igual que las personas, puede ir perdiendo sensibilidad olfativa, de oído o de visión. Esto puede producir una falta de atención o torpeza en sus movimientos que habría que observar.
– Cambios de humor
El gato mayor busca tranquilidad y puede resultar irritable si se le molesta, sobre todo si hay en casa animales más jóvenes que intentan jugar con él, o si nosotros somos demasiado agobiantes intentando agarrarlo todo el tiempo. Hay que respetar sus horas de sueño y tranquilidad. Un compañero demasiado joven y nervioso no es recomendable para un gato mayor.
– Falta de higiene
La falta de higiene es un síntoma de enfermedad o dolor, pero si hablamos de gatos mayores, hay una disminución en su propia higiene personal, dedicando menos tiempo a lavarse a sí mismos. Normalmente es porque tiene algún dolor físico que le impide por ejemplo, lavarse la zona trasera (caudal), o problemas en la boca.
Publicado:06/09/2012
Fuente: mundoanimalia.com