Algunos creen que en cuanto un perro o gato fallece hay que traer otro animalito para no sufrir tanto por la pérdida. Otros consideran que es preciso realizar el duelo antes de adoptar un nuevo peludo.
No es extraño querer adoptar a un nuevo perro o gato tras el fallecimiento de nuestra amada mascota.
Conviene tener en cuenta, no obstante, que la nueva mascota nunca podrá sustituir (ni sería saludable) a nuestro peludo amigo, al que tanto echamos de menos: cada perro o gato, como ocurre con las personas, es diferente e irreemplazable.
“Lo recomendable es vivir el duelo, sanar las heridas y estar realmente preparados para recibir a otro animalito en casa.
Debemos aceptar la muerte de nuestro perro antes de adoptar a una nueva mascota
Estar triste es un sentimiento normal cuando una persona se enfrenta al fallecimiento de su mascota: más del 85% de los dueños de perros admiten haber padecido dolor tras la muerte de su peludo.
Darse la oportunidad de expresar su pena, e incluso llorar si lo exige, es parte del proceso que necesitará pasar para asumir la muerte del perro de la forma más saludable posible.
Un perro querido se convierte en parte de la familia. Un sentimiento saludable y positivo. Esto explica que, ante el fallecimiento de nuestra mascota, afloren sentimientos de angustia.
“Para algunos dueños de perros, la pérdida de su amigo puede provocar un pesar tan profundo como el que llega a producir la muerte de un miembro de su familia”.
Tras la muerte de tu mascota no hay reemplazos
Traer a casa un nuevo amigo no es una decisión que se debe tomar cuando nos sentimos tristes y apesadumbrados por aquel que se fue. Es preciso pensarlo bien y analizar los pros y los contras de este ser que formará parte de nuestra familia a partir de ahora.
Prepárate y cierra la etapa antes de entrar un nuevo peludito a tu hogar. Recuerda que ellos esperan todo tu amor y la mejor manera de dárselo es teniendo el corazón preparado para hacerlo.
Empatía
Si estás pasando por esta etapa comprenderás muy bien lo que hablamos. Si conoces a alguien que esté pasando por estos momentos, intenta comprender su pesar y nunca menciona la idea de reemplazar a su mascota, hasta que no esté preparado.