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Urgencias en pequeños animales: ¿Qué hacer?

Cuando hay alguna urgencia en pequeños animales o mascotas, en primer lugar hay que procurar tranquilizarle en la medida de lo posible para poder realizar cualquier manipulación evitando cualquier estrés adicional.

Hablar con el veterinario SIEMPRE antes de administrarle cualquier medicamento pensando que como a nosotros nos alivia también debería funcionar con él.

Foto: Pixabay.com

Estas son algunas urgencias comunes y en las que una actuación del propietario decisiva puede ser vital para la supervivencia del animal:

1. Temperaturas extremas

Temperaturas muy elevadas: Golpe de calor o insolación

Las causas del golpe de calor pueden ser el exceso de calor, pocos líquidos ingeridos, deshidratación o esfuerzo excesivo. Es típico en días muy calurosos cuando el perro o el gato permanecen durante un periodo de tiempo relativamente largo en un lugar sin ventilación, como en un carro

En apenas 10 minutos, un perro o un gato pueden morir dentro de un coche. A veces, ni un rescate rápido consigue evitar los problemas vasculares, las hemorragias o el edema cerebral…”

Foto: Pixabay.com
  • Entre los síntomas más notorios podemos mencionar temperatura interna de 39 a 42°C, decaimiento, temblores musculares, respiración muy rápida, aumento del ritmo cardíaco, alteración en salivación. Lo más importante es restablecer la temperatura fisiológica a unos 37.5° – 39°, no se le puede bajar la temperatura de golpe, porque pasaremos a provocarle una hipotermia.

Para ello, en el camino al vet, podemos humedecer (sin envolver ni tapar) prioritariamente el cuello y la cabeza mediante paños mojados en agua no muy fría o un pulverizador de agua. NUNCA cubrirlo con toallas húmedas.

  • Poner un cubito de hielo sobre el puente de la nariz, las ingles y las axilas.
  • Humedecerle la boca, sin forzarlo a beber, y sin dejar que beba en exceso. 

Temperaturas muy disminuidas: Hipotermia

La hipotermia se produce generalmente en temperaturas frías, aunque los cachorros recién nacidos pueden sufrir hipotermia en temperaturas ambientes normales. Las razas más pequeñas y animales muy jóvenes, más propensos a pérdida rápida de calor del cuerpo, están a mayor riesgo, así como las mascotas mayores (geriátricas).

Foto: Pixabay.com

La hipotermia se evidencia a través de la debilidad, temblores, y pérdida de la alerta mental. También puede verse las pupilas fijas y dilatadas y dificultad para respirar. Procurar que entre en calor inmediatamente ayudándonos de mantas o aparatos eléctricos que generen calor, para a continuación administrar agua con azúcar vía oral para incrementar su nivel de glucosa, que se afecta por ese descenso brusco de la temperatura.

2. Atropellos

Además de lesiones externas (heridas, fracturas) puede tener lesiones internas. Inmovilizar al perro lo mejor posible y llamar a urgencias. Aunque el perro esté consciente y se levante por su propio pie, aparentemente “bien”, hay que llevarle al veterinario para que le exploren.

No olvides que el perro no puede decir “me duele aquí”. Aunque parezca estar bien hay que hacerle un reconocimiento.

Foto: Pixabay.com

Debemos fijarnos si el animal respira o no y verificar que la lengua no obstruya la entrada del aire en las vías respiratorias. Si es así, abrirle la boca y tirar de la lengua hacia fuera.

Si presenta hemorragias podemos colocar un torniquete en la zona afectada, pero tener en cuenta que su presencia no se debe prolongar por más de 10-15 minutos ya que podemos provocar falta de oxígeno en la zona afectada con la consiguiente necrosis tisular.

En el caso de que la hemorragia sea de origen nasal o bucal es muy importante acudir a un centro veterinario ya que su pronóstico puede ser grave al dificultarse la respiración.

Debemos tener en cuenta, que al igual que en los humanos, los sistemas orgánicos que van a determinar la supervivencia serán el sistema respiratorio y el cardiocirculatorio.

3. Intoxicaciones

El problema fundamental de las intoxicaciones en mascotas es que el número de antídotos existentes es muy inferior al número de tóxicos presentes en la actualidad. Para estas emergencias hay que llamar de inmediato al veterinario. Según cómo haya tenido lugar el contacto con el tóxico podemos clasificar la forma de tratar cada una de ellas:

  • EXPOSICIÓN OCULAR: lavar abundantemente con agua o suero fisiológico durante unos 20-30 minutos.
  • EXPOSICIÓN CUTÁNEA: bañar al animal con jabón suave de manos y aclarar a fondo. Tal vez sea necesario protegernos con guantes si desconocemos de que sustancia se trata.
  • EXPOSICIÓN ORAL: lo más conveniente en estos casos es provocar el VÓMITO, si el estado del animal lo permite. Cuanto antes lo provoquemos, más efectiva será nuestra actuación. Para ello se debe realizar en las 2 primeras horas tras la ingesta del tóxico. Si la sustancia ingerida es corrosiva el vómito está contraindicado.

Actualmente se sabe que la primera causa de intoxicaciones en gatos es por medicamentos, y esta causa es la segunda en perros. Por lo tanto no debemos dejar a su alcance ningún tipo de medicamento y por supuesto nunca administrarles ningún producto por nuestra cuenta sin consultar con un veterinario.

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En definitiva, la mejor manera de combatir una urgencia será SIEMPRE la PREVENCIÓN. Cosas tan sencillas como pasearse atado, proteger nuestro balcón, no darles huesos y por supuesto acudir regularmente a nuestro veterinario, nuestra mascota nos lo agradecerá.

Fuente: arturosoria.com

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