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5 tabúes sobre los gatos que debes conocer

Los gatos son animales fascinantes, por muchos siglos han acompañado al ser humano y a diferencia de los perros, que son mascotas muy predecibles, están rodeados de una serie de mitos y tabúes que pueden o no ser realidad.

Algunas personas creen que los gatos enferman a las mujeres embarazadas y a sus bebés.

Esto puede ser cierto siempre y cuando el gato no esté desparasitado o sufra de toxoplasmosis; y que además la mujer embarazada consuma heces del animal enfermo. Basados en que los dueños son responsables, mantienen a sus mascotas en ambientes limpios y de los lleven regularmente al médico veterinario, las posibilidades de que esto suceda son prácticamente nulas.

Es muy común creer que el cortar los bigotes a los gatos hará que se desorienten e incluso que pierdan el equilibrio.

Esto es parcialmente cierto; los bigotes de los gatos tienen una gran cantidad de receptores nerviosos que les sirven para ubicarse y medir distancias, sobretodo en la noche, cuando hay poca luz. Cortar los bigotes a nuestro gato puede llevar a dificultar su movimiento, principalmente durante la noche.

Se cree que los gatos y los perros siempre se llevan mal.

Esto no es completamente cierto ya que hay muchos ejemplos que muestran que si ambos conviven constantemente y desde edades tempranas, se pueden llevar muy bien.

Los gatos son animales muy ágiles, flexibles y la mayor parte de las veces caen de pie al piso.

Obviamente, esto no sucede el 100% de las ocasiones y depende mucho de la altura de la que caiga, además de su peso y complexión.

También se cree que los gatos disfrutan mucho de la leche y es necesario alimentarlos con ella

La realidad es que los gatos que han sido destetados difícilmente pueden digerir la lactosa, que se encuentra presente en grandes cantidades en la leche, lo que lleva a que el gato presente diarrea y gases. Existen también muchos mitos que se refieren a su nutrición. A los gatos, a diferencia de los perros, no les causa ningún placer comer alimentos dulces.

Además, se recomienda no complementar su alimentación con ningún otro tipo de aditivos, vitaminas o minerales, salvo que el médico veterinario así lo indique. Recordemos que una mascota bien nutrida es una mascota sana, y una mascota sana es una mascota feliz.

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