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Lo bueno y lo malo de humanizar a mi mascota

Humanizar a una mascota significa otorgarle en su trato, características de un ser humano; es decir, tratarla y hablarle como a un bebé, vistiéndola o disfrazándola, o bien, celebrar rituales o costumbres típicas de los humanos, como su cumpleaños con una fiesta que incluye pastel, velitas y hasta otras mascotas como invitadas; sin embargo, todas estas situaciones son incomprensibles para ellas.

Cada vez es más común y adoptar a una mascota y tener “perrhijos” o “gathijos”.

Es normal sentir ternura y amor por nuestros perros y gatos, pero es importante entender que son diferentes a nosotros, y reconocer las diferencias propias de su especie nos ayudará a brindarles una mejor calidad de vida.

Para que tengan un estado de bienestar y salud, es necesario cubrir ciertas necesidades básicas, como no tener hambre ni sed, contar con un lugar para resguardarse del ambiente, estar libres de dolor, enfermedades y miedo, y realizar actividades propias de su especie.

Lo bueno y lo malo de humanizar a mi mascota
Foto: pixabay.com

Debemos permitir que nuestra mascota se exprese libremente dejando que se comporte con conductas caninas o felinas, pues al no hacerlo, podríamos generar confusión y como resultado, ansiedad, que a su vez causaría otro tipo de reacciones que podrían afectar su salud.

Al depositar en ellos expectativas de conductas de la especie humana, como esperar que comprendan nuestro lenguaje o aplicar soluciones humanas a problemas propios de su especie, cortamos su desarrollo animal natural.

¡Encontrar un equilibrio entre el amor y el cuidado es importante!

Permitirles hacer cualquier cosa dentro de casa sin poner límites pensando que esto podría traumarlos o que podrían sentir falta de cariño, es una idea errónea.

Tampoco debemos atribuirles sentimientos propiamente humanos que ellos no conocen, como culpa y odio, pues podrían presentar conductas agresivas, miedo o nerviosismo ante estos estímulos desconocidos para ellos, causando como resultado problemas de socialización, inseguridad y hasta problemas de sobrepeso.

Lo bueno y lo malo de humanizar a mi mascota
Foto: pixabay.com

No debemos alimentarlos con lo que nosotros comemos; ellos tienen necesidades nutricionales muy diferentes a las de los seres humanos. Existen dietas Premium y Super Premium diseñadas por veterinarios y nutriólogos, especiales para cada edad o etapa de las mascotas.

Cuando tu mascota está todo el tiempo contigo, se crea un apego, y cuando no estás, sufre ansiedad y podría llegar a sufrir ataques de pánico que podrían resultar en la destrucción de muebles u objetos, a orinar o defecar dentro de casa en lugares no asignados para ello.

Al llegar y ver el desorden, podrías pensar que lo hizo en represalia por dejarlo solo, lo regañas y lo tratas como si entendiera, cuando en realidad está expresando solamente ansiedad porque la figura que le aporta seguridad no está disponible.

Para evitar que esto suceda, puedes sacarlo a caminar, jugar, socializar y educarlo con límites.

¿Humanizar a mi mascota es maltrato animal?

Existe un debate serio en cuanto a si la humanización de las mascotas es maltrato animal, ya que se les quita su identidad al no permitirles realizar las actividades propias de su especie y al forzarlas a comportarse como si fueran humanos.

Esta tendencia ha aumentado en los últimos años; por ejemplo, antes los perros habitaban solamente en el jardín, mientras que ahora algunos hasta llegan a ocupar un lugar en la mesa con sus dueños.

Por otro lado, se ha observado que la conducta de los gatos se apega con más fidelidad a su especie, por lo cual resulta más difícil humanizarlos que a los perros.

Lo bueno y lo malo de humanizar a mi mascota
Foto: pixabay.com

El equilibrio está en no dejar que crea que es libre para hacer lo que guste a su antojo, sino en identificar a su dueño como autoridad, sintiéndose a la vez amado y protegido.

Puedes consultar con un etólogo, que es un especialista en conducta animal, para aclarar tus dudas con respecto al comportamiento de tu mascota.

Una mascota sana es una mascota feliz

Fuente: M.V.Z. Miguel Ángel López