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Perros Reactivos: ¿Miedo o Agresividad? Entendiendo la Reactividad Canina y cómo Ayudar a tu Mascota.

Perros reactivos, se puede definir como la reacción anormal que tiene un perro ante un estímulo, pueden ladrar excesivamente, jalar de la correa, hasta llorar, esto puede parecer agresivo pero no lo es.

Los estímulos pueden ser por asociación, nos referimos a lo aprendido por experiencias, algunos ejemplos, como cuando jugamos con nuestro perro a traer la pelota todos los días y a toda hora, luego cuando ve una pelota, se excita tanto, por que lo relaciona con el juego, no se puede controlar y se excita para poder iniciar la actividad que tanto le gusta.

Lo mismo pasa si tu perro juega bastante con otros perros, entonces cuanto lo paseas y se encuentre con otro perro, jalará, ladrará y se excitará para poder cumplir lo que más le gusta.

En este punto es bueno aclarar que un perro reactivo y un perro agresivo no son lo mismo, aunque su reacción y sonidos se pueden parecer.

La diferencia principal es el desenlace, normalmente el sonido de los ladridos tiene diferencia en que en la reactividad los ladridos son en tonos agudos y en la agresividad son graves y suelen ser acompañados de gruñidos, hay otras señales corporales que pueden ayudar a descifrar si se trata de una o de otra.

Las situaciones en donde más podemos ver estos comportamientos son:

✅ Al momento de pasearlos y se encuentran con otros perros.

✅ Con los desconocidos.

✅ Con vehículos como motocicletas.

El comportamiento normal ante estas situaciones es mover la cola, o el cuerpo mostrando felicidad o ignorando por completo, dependiendo del estímulo. La raíz de esto suele ser un problema de comportamiento, como la falta de socialización, perros maltratados, o por algún trauma.

Se puede tratar a estos perros para llegar a niveles de normalidad, para esto nos valemos de algunas técnicas.

Refuerzo positivo:

Esto significa que el perro relacione que en los momentos de calma obtendrá algo agradable.

Desensibilización sistemática:

Esto se refiere a la presentación del estímulo que detona la reactividad de nuestro perro, desde una distancia donde no lo provoque, pero lo pueda ver.

En ese momento se presenta un refuerzo positivo para que vaya relacionando la presencia del estímulo con algo agradable, progresivamente presentaremos el estímulo más cerca sin que detone la reactividad, poco a poco llegaremos a lo más cerca del perro teniendo el control de él.

Variar los lugares de paseo:

Esto ayudará a que el perro no relacione un lugar con la situación que le causa estrés. Así tendremos oportunidad de realizar la desensibilización sistemática en un lugar neutral.

Eliminar el estímulo:

De ser posible durante el tiempo de educación debemos tener control de cuando aparece el estímulo que desencadena la reactividad, con esto tendremos el control para poder realizar la desensibilización.

El peligro con un perro reactivo es que sobre todo si es con otros perros lo pueden malinterpretar y repercutir en una pelea, ya que su estado emocional no es el adecuado para iniciar una interacción sana con otro perro.

Es importante siempre apoyarse por profesionales en la educación de los perros, se tiene que hacer un diagnóstico inicial y de allí se toma un camino, ya que cada perro y cada caso son distintos.

Como todo en la educación, se debe tener paciencia y perseverancia.

El tiempo que pueda tomar resolver el problema depende principalmente del tiempo que le dediques, y las técnicas adecuadas sin maltrato hacia tu perro.

Hecho por: Jacobo Escobar, Adiestrador Canino Alfa Can