¡Hola, amigos! Soy Santía, y quiero compartir con ustedes mi historia de supervivencia y esperanza. ❤️
Todo comenzó en un lugar llamado volcán Santiaguito, un lugar hermoso pero muy peligroso para una perrita como yo. Estaba sola y hambrienta, mi cuerpo delgado y mis fuerzas casi agotadas. Lloraba entre la hierba, esperando un milagro, mientras otra perrita me seguía y me golpeaba para que nadie me ayudara o me alimentara. 😔
De repente, vi un grupo de humanos, se acercaron y notaron mi situación y aunque casi no podía caminar, algo en mi interior me decía que ellos podían ser mi salvación. Así que, con mis últimas fuerzas, decidí seguirlos, cada paso era un desafío, pero no podía rendirme.
Después de un largo rato, Sandy hablo con su guía y le pregunto si podían llevarme con ellos. El guía les advirtió que los lugareños a veces no lo permiten, pero estos humanos especiales no se dieron por vencidos. Sandy me envolvió en un suéter para que nadie se diera cuenta y me cargo en sus brazos, protegiéndome de todo. 😳
Subimos a un bus, y por primera vez en mucho tiempo, me sentí segura. Me sentaron en un sillón y me quedé dormida todo el camino desde Xela hasta la ciudad capital. Dormí profundamente, sintiendo que finalmente mi suerte estaba cambiando. ✨
Llegamos a casa de Heidy, una humana con un corazón enorme. Me dio un lugar cálido, cómodo y seguro. Me di cuenta de que mi vida estaba a punto de mejorar. Me llamaron “Santía”, un nombre hermoso que me recuerda de dónde vengo y la nueva oportunidad que tengo.
Al día siguiente, me llevaron a la doctora veterinaria. Ella me revisó, me dio una pastilla para los ácaros y un jabón especial para bañarme cada tres días. Estaba llena de pulgas y tenía problemas de piel, pero sabía que con el tiempo me recuperaría.
Ahora, estoy feliz y segura. He aprendido a caminar con correa y me encanta jugar. Cada día descubro nuevas cosas y disfruto de la vida que nunca creí posible. ❤️
Gracias a esos maravillosos humanos que no se dieron por vencidos conmigo, tengo una nueva oportunidad de ser feliz. Les agradezco de corazón por escuchar mi historia y les pido que sigan al pendiente de mi proceso. Mi viaje de recuperación continúa…
Con amor, Santía 🐾