La historia de Wasabi, un perro chihuahueño, que hoy tiene una familia que lo ama much, aunque no siempre fue asi :(… pero afortunadamente con un final feliz.
El 27 de agosto de 2016, Wasabi llegó a la casa junto con su compañera de vida Soya (Si, eran Soya, Wasabi y Sushi) , los dos habían servido para reproducción y como la Soyita ya no había quedado embarazada los regalaron, ambos eran un sueño de chihuahueños y para nosotros fue amor a primera vista. Soya fue una locura de amor desde el primer momento, era una fiesta constante y fue fácil que ella tuviera un poco más de atención porque ella simplemente invadía tu espacio con toda su alegría en ese pequeño cuerpecito flaco.
El 25 de diciembre de 2016 Soyita cruzó el puente del arcoíris, los que han pasado por eso saben lo difícil que es, Soya era única y tuvimos mucha frustración y tristeza por lo que pasó. Por lo decidimos enfocar nuestras energías en Wasabi, porque teníamos temor que se deprimiera, había perdido a su compañera y tenía pocos meses de estar en un nuevo hogar, en una nueva manada
Toda la atención que le pusimos pues lo volvió un consentido de primera y su cara y su tamaño colaboran
Al final se adaptó a sus nuevos compañeros (Nola, Don Jorge y Sushi) y por supuesto a tener más y más atención, ahora reclama si no tiene toda la atención y es muy feliz y hasta ha tomado mañas de sus hermanos, como aspirar en la cocina cualquier cosa que encuentre o llorar para pedir atención, también ama invadir tu espacio personal.
A pesar de su edad es bastante activo, le encanta correr por la casa, especialmente cuando es hora de comer, le encanta salir a pasear e investigar, todos se enamoran de Wasabi.
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